¡Enhorabuena si acabas de dar a luz! Como ya sabes, el embarazo es una etapa llena de cambios para el cuerpo de la mujer y, en especial, nuestro abdomen y nuestro suelo pélvico necesitan atención para poder recuperarse. Durante el embarazo, nuestro suelo pélvico tiene que soportar cada vez más peso, haciendo que poco a poco se vaya debilitando. Además, otros factores, como la situación hormonal del embarazo o circunstancias como el edema gestacional o el estreñimiento que a menudo sufren las mamás hacen que este debilitamiento de acentúe mucho más. De manera que la debilidad del suelo pélvico durante el embarazo se suma al esfuerzo del parto y las posibles heridas perineales como desgarros o episiotomías, haciendo necesario un tratamiento adecuado para lograr una correcta recuperación postparto del suelo pélvico. Un suelo pélvico debilitado en el postparto puede facilitar la aparición de disfunciones como incontinencia urinaria, fecal o de gases, favorecer el descenso de la vejiga u otros órganos o provocar dolor o molestias en relaciones sexuales o al hacer ejercicio.
En cuanto al abdomen, durante el embarazo aparece la diástasis abdominal para que nuestros pequeños puedan tener más espacio. Sin embargo, mantener la diástasis abdominal en el postparto es una disfunción muy habitual y puede relacionarse con problemas como dolor en el abdomen, pelvis o zona lumbar, acentuar problemas como pérdidas de orina o prolapsos e incluso facilitar la aparición de hernias en el abdomen si no se trata adecuadamente.
Además, es muy importante valorar el estado de las cicatrices del parto si las hay, ya sean episiotomía, desgarros o cesárea, puesto que su tratamiento es esencial para garantizar una recuperación postparto completa.