Problemas a largo plazo de las cicatrices
Las cicatrices mal tratadas o sin tratar pueden provocar que aparezcan problemas a largo plazo, como dolor, disfunciones musculares y alteraciones viscerales.
Los problemas asociados a las cicatrices como las alteraciones de la sensibilidad, el dolor o las adherencias, pueden derivar en problemas o empeorar si no se tratan adecuadamente.
Es posible que la sensación de dolor y la tensión muscular asociada empeoren con el tiempo. Generando un círculo que puede provocar situaciones más difíciles de tratar como el dolor crónico, dolor en las relaciones sexuales, al hacer ejercicio o incluso en tareas del día a día. Limitando nuestras actividades y empeorando la calidad de vida.
Además, las adherencias pueden afectar a músculos importantes o incluso a órganos, enmascarando problemas que pueden empeorar con el tiempo. En caso ce cicatrices perineales, ya sean tras el parto o tras intervenciones ginecológicas es muy común que aparezcan disfunciones de suelo pélvico como incontinencia urinaria, incapacidad para controlar los gases o las deposiciones, prolapsos o otras afecciones como dificultad para buscar un embarazo y riesgo durante el embarazo y el parto.
En caso de cirugías abdominales, se pueden ver afectados músculos esenciales para el control del abdomen e incluso órganos como el intestino o la vejiga. Pudiendo generar problemas como hinchazón abdominal, estreñimiento crónico o dificultad al orinar o al defecar.
En otros casos, es posible que se vean afectados músculos esenciales para el movimiento del cuerpo. Pudiendo hacer que seamos incapaces de realizar ciertos movimientos con los brazos, piernas o con el tronco. Dificultando nuestro día a día.
Es fundamenta tratar las cicatrices cuanto antes para evitar futuras complicaciones. Sin embargo, nunca es tarde para tratar una cicatriz y siempre podemos mejorar su sintomatología y su funcionalidad con un tratamiento adecuado y personalizado.
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