El dolor pélvico es una de las razones más frecuentes por la que cada vez más hombres y mujeres acuden a consulta en fisioterapia de suelo pélvico. Aunque a menudo el dolor pélvico ha sido infravalorado, normalizado o tratado únicamente desde un enfoque farmacológico, en muchos casos su origen es multifactorial. En muchos casos, este dolor puede deberse a tensiones musculares, cicatrices y adherencias internas y disfunciones musculares y articulares, además de factores emocionales. La fisioterapia de suelo pélvico, ofrece una alternativa eficaz y respetuosa para abordar el dolor desde su raíz, con un enfoque totalmente personalizado e individualizado.
Condiciones como la endometriosis, la coccigodinia (dolor en el coxis), dismenorrea (reglas muy dolorosas), dispareunia (dolor en relaciones sexuales), el dolor pélvico crónico y otros trastornos funcionales del suelo pélvico, pueden provocar tensiones musculares, adherencias, inflamación y otras disfunciones que se traducen en dolor. Este dolor, puede interferir en gran manera en la vida diaria, afectando al descanso, la práctica de ejercicio, la vida laboral y por supuesto a la esfera íntima. Además, la sintomatología dolorosa podría estar enmascarando otras disfunciones, como los prolapsos (descenso de los órganos de la pelvis) y afectando a la salud de nuestro suelo pélvico aumentando la predisposición a sufrir condiciones como la incontinencia o la infertilidad funcional.