Como fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, acompaño a mujeres con distintas disfunciones o alteraciones relacionadas con esta parte tan importante de nuestro cuerpo y a menudo olvidada. El suelo pélvico es esencial para el correcto funcionamiento de la continencia urinaria, fecal y de gases, para la función sexual, el soporte de los órganos de la pelvis y la estabilidad del cuerpo. Cuando hay una disfunción del suelo pélvico es común que aparezcan síntomas como pérdidas de orina, sensación de pesadez o bulto a nivel genital, dolor en las relaciones sexuales, estreñimiento o sensación de debilidad en la pelvis y el abdomen.
Estas alteraciones pueden aparecer en distintos momentos de la vida de la mujer: durante el embarazo, en el postparto, relacionadas con la menopausia, pero también en mujeres jóvenes y deportistas. Cada etapa tiene sus particularidades y para abordarlas adecuadamente son necesarias una valoración especializada en suelo pélvico y un tratamiento individualizado, teniendo en cuenta el contexto de cada mujer, respetuoso y actualizado.
Las disfunciones de suelo pélvico tienen un gran impacto en la salud física, emocional y social de las personas que las padecen. Cuando esta musculatura pierde su función, ya sea por debilidad, por exceso de tensión, por la pérdida de la coordinación o por lesiones, se desencadenan una amplia variedad de síntomas que a menudo son silenciados. Muchas mujeres desarrollan mecanismos de compensación como evitar el ejercicio, cambiar su forma de andar y modificar sus hábitos por miedo a perder el control. Sin embargo, esto puede derivar en un deterioro de esta musculatura, favoreciendo el dolor, la tensión y la pérdida de la calidad de vida.